B. Suárez Lynch,
Estudios dantescos (Buenos Aires, 1891).
"...por desgracia, la vida la hacemos siempre en borrador. Un escritor puede rehacer algo imperfecto o tirarlo a la basura. La vida, no: lo que se ha vivido no hay forma de arreglarlo, ni de limpiarlo, ni de tirarlo."
Estación de tren. EXT/DIA
Dos hombres disfrazados de mujer y cargados de maletas caminan por el andén. Por el altavoz se anuncia la salida del próximo tren con destino a Florida.
A uno de ellos se le tuerce el tacón del zapato.
Josephine/Tony Curtis. —¿Qué te pasa ahora?
Geraldin/Jack Lemmon. —¿Cómo pueden andar con estas cosas? ¿Cómo pueden guardar el equilibrio?
J. —Debe ser según la distribución del peso. ¡Vamos!
G. —Y esta ropa tan ligera...Deben de constiparse muy a menudo.
J. —Deja ya los comentarios, vamos a perder el tren.
G. —Me siento desnudo. Creo que todo el mundo me está mirando.
J. —¿Con esas piernas? Estás loco. Anda, vamos.
O, un poco más adelante en la misma película:
Daphne/Jack Lemmon: -Tengo algo que decirte. ¡Estoy comprometido!
Josephine/Tony Curtis: -¿Quién es la afortunada?
Daphne/Jack Lemmon: -Soy yo.
Los diálogos los he copiado de Miradas de Cine.
"Luego levantaron a la novilla de la tierra de anchos caminos, la sostuvieron y al punto la degolló Pisístrato, caudillo de guerreros. Después de que la oscura sangre le salió a chorros y el aliento abandonó sus huesos, la descuartizaron enseguida, le cortaron las piernas según el rito, las cubrieron con grasa por ambos lados, haciéndolo en dos capas y pusieron sobre ellas la carne cruda. Entonces el anciano las quemó sobre la leña y por encima vertió rojo vino mientras los jóvenes cerca de él sostenían en sus manos tenedores de cinco puntas.
Después que las piernas se habían consumido por completo y que habían gustado las entrañas cortaron el resto en pequeños trozos, lo ensartaron y lo asaron sosteniendo los puntiagudos tenedores en sus manos."
De la Odisea de Homero.